Pigüi
En aquella Bagdad de Las Mil y Una noches
un rico mercader de luengas barbas
quizás te ofrecía
lentas ropas de púrpura
o sedas temblorosas,
tan frescas como el agua.
Pero esto no es Bagdad ni tampoco nosotros
un rico mercader
(has de fijarte: en Pigüi
no tenemos siquiera un mal mostacho
que llevar a la boca).
Así que solo moda
de esa “pret-a-porter” podemos ofrecerte:
moda igual a la de
alguna que otra tienda –no son muchas–
de esta ciudad prosaica
y burguesota. Bueno,
igual del todo no:
lo nuestro –ya me entiendes– suele ser
un poquitín distinto.
Víctor Botas
La poesía y la publicidad suelen aparecer
juntas. Como, por ejemplo, podemos ver e el poema “Pigüi” de Víctor Botas.
Arriba lo presentamos en versos, pero el original fue publicado en un periódico
anunciando una tienda de ropas para niños.
En la primera oración del poema (o el
anuncio), el poeta-publicista empieza refiriéndonos a Bagdad, uno de los escenarios de Las Mil y Una Noches, es una ciudad comercial,
de ricos mercaderes que ofrecían ropas de sedas, de lujos exóticos. Esto es una manera muy eficaz de llamar
la atención del lector. Nos presenta un lugar fabuloso que funciona como una carnada del
publicista. Pero a partir del primer punto y seguido, Botas nos describe el
presente: "Pero este no es Bagdad ni tampoco nosotros un rico
mercader". Nos presenta Oviedo como una "ciudad prosaica y
burguesota". Destaca la ironía y el coloquialismo, tan común en la poética
de Víctor Botas.
El poema
empieza con un tono sublime y acaba con un tono irónico y asturiano ("poquitín distinto"). Cierra no de forma
pomposa su anuncio, solamente alude al producto que nos ofrecería.
El
nombre de la tienda "Pigüi" va en letra grande. El lector, a acabar
la lectura del anuncio, comprende a qué venían esas líneas . Destaca
además el eslogan de la tienda: "La Moda para Gente Menuda". Sin duda
alguna, Víctor Botas sabía y entendía cómo llamar la atención del público, y
todo, gracias a la poesía.
Una errata: ofrecía por ofrecería.
ResponderEliminarJLGM