viernes, 21 de noviembre de 2014

El mito y la publicidad

 El mito es un producto de la imaginación del ser humano. Tiene un significado negativo (hace referencia a lo falso) y positivo (un hombre puede llegar a ser un mito por haber sido alguien muy importante).  
Etimológicamente,  mitos (también mythos) significaba “palabra”. Tiene que ver con los términos griego logos y epos.  Logos significa el lenguaje y a la argumentación racional, y epos, el discurso para relatar las glorias de hombres, héroes y dioses, por ejemplo, en la Épica (su presencia en la literatura era fundamental). Su origen evoca una a historia religiosa, sagrada.
Pero en los siglos posteriores al esplendor griego y latino –estos había adoptado la genealogía de los dioses griegos–, el auge de la ciencia y más adelante la llegada del Iluminismo y el Positivismo, fueron quitándole el privilegio a la palabra Mitos. Además, anteriormente la aparición del cristianismo ensombreció a los mitos griegos.
En el siglo XIX, el mito ser convierte en un estudio de la conciencia y los miedos humanos.
Pero la ciencia en la vida del hombre no puede solucionar todos los problemas ni aclarar algunas dudas que se presentan. Como por ejemplo, el origen del mundo, etc. En estos casos, el mito sigue presente. Es una forma de respuesta la que nos ofrece la intuición del mito. Es una forma de explicación.
El mito se ha reproducido en la literatura. Y hoy en día sigue inspirando a los artistas (pintura, poesía, novela, comic, películas, etc.)
Cuando una referencia mitológica aparece en la publicidad, lo hace de forma implícita. No se alude directamente al mito.
Algunos de los mitos más comunes que aparecen en los anuncios publicitarios son:
1. El mito de la eterna juventud. El hombre bebe agua milagrosa y recobra (o no pierde) la juventud. Este mito está presente en los anuncios de cosméticos.

2. El mito del paraíso terrenal.  Lo vemos en anuncios de refrescos, de viajes, de perfumes...

3. El mito del elixir o del hechizo. Suele estar presente en anuncios de perfumes, de coches, de relojes, etc.

4. El mito del viaje. Sobre todo en los de coches, agencias de viajes, etc.

5. El mito del mago. En productos de cocina. 

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